Un zoológico cubano ha registrado el curioso nacimiento de un “cebrasno”, resultante del cruce de una cebra y un burro, un fenómeno reportado muy pocas veces en instalaciones de su tipo en la isla, confirmaron hoy fuentes oficiales.
El animal muestra una mezcla de los rasgos de sus progenitores y siete días después de su nacimiento presenta un aspecto saludable y gran vitalidad, según explicaron los especialistas que atienden su cuidado en el zoo de la ciudad oriental de Ciego de Ávila, 423 kilómetros al este de La Habana.
El cuerpo grande y robusto y el color marrón del pelaje son características del padre, mientas que de la madre cebra heredó el rayado en las orejas y las patas largas, y la línea negra central desde la cabeza hasta la cola, según imágenes divulgadas por la televisión y el sitio oficial Cubadebate.
“Este es el primer parto de la cebra y sabíamos que el acontecimiento podía ocurrir porque ambos son animales genéticamente compatibles, aunque proceden de diferentes partes del planeta”, indicó el director del zoológico, Fidel Yera.
El cruzamiento de la cebra africana y el asno cubano se produjo de manera fortuita, producto de la convivencia en el mismo establo, y después del parto la madre recibe una dieta reforzada para apoyar la alimentación de la nueva cría.
Este caso se considera raro por su baja frecuencia, aunque anteriormente se habían reportado algunos similares en los zoológicos de La Habana y la ciudad oriental de Santiago de Cuba.
El biólogo del Zoológico Nacional de La Habana, Carlos Alberto Álvarez, explicó a Efe que la “cebra de Grant” es una especie que puede cruzarse con el burro porque “son afines” y casi siempre estos casos son “accidentales”.
El especialista precisó que el “cebrasno” por lo regular resulta infértil y no es posible lograr descendencia, y aclaró que el objetivo de los zoológicos es “conservar las especies puras” y no provocar “híbridos”.
El 29 julio de 2010 en una reserva de Georgia (sur de EE.UU.) nació una “ceburra”, según la denominación de su propietario, del cruce de una cebra macho y una burra.
La “ceburra” tiene la apariencia de un burro, salvo las patas, que son a franjas blancas y negras como las de una cebra.
El animal muestra una mezcla de los rasgos de sus progenitores y siete días después de su nacimiento presenta un aspecto saludable y gran vitalidad, según explicaron los especialistas que atienden su cuidado en el zoo de la ciudad oriental de Ciego de Ávila, 423 kilómetros al este de La Habana.
El cuerpo grande y robusto y el color marrón del pelaje son características del padre, mientas que de la madre cebra heredó el rayado en las orejas y las patas largas, y la línea negra central desde la cabeza hasta la cola, según imágenes divulgadas por la televisión y el sitio oficial Cubadebate.
“Este es el primer parto de la cebra y sabíamos que el acontecimiento podía ocurrir porque ambos son animales genéticamente compatibles, aunque proceden de diferentes partes del planeta”, indicó el director del zoológico, Fidel Yera.
El cruzamiento de la cebra africana y el asno cubano se produjo de manera fortuita, producto de la convivencia en el mismo establo, y después del parto la madre recibe una dieta reforzada para apoyar la alimentación de la nueva cría.
Este caso se considera raro por su baja frecuencia, aunque anteriormente se habían reportado algunos similares en los zoológicos de La Habana y la ciudad oriental de Santiago de Cuba.
El biólogo del Zoológico Nacional de La Habana, Carlos Alberto Álvarez, explicó a Efe que la “cebra de Grant” es una especie que puede cruzarse con el burro porque “son afines” y casi siempre estos casos son “accidentales”.
El especialista precisó que el “cebrasno” por lo regular resulta infértil y no es posible lograr descendencia, y aclaró que el objetivo de los zoológicos es “conservar las especies puras” y no provocar “híbridos”.
El 29 julio de 2010 en una reserva de Georgia (sur de EE.UU.) nació una “ceburra”, según la denominación de su propietario, del cruce de una cebra macho y una burra.
La “ceburra” tiene la apariencia de un burro, salvo las patas, que son a franjas blancas y negras como las de una cebra.
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