Una carta de amor para un estudiante universitario estadounidense,
escrita por quien sería, más tarde, su mujer, va finalmente camino a su
destinatario, 53 años después de que fuera despachada.
El novelista portugués José Saramago se quejó alguna vez de que los
correos eléctronicos habían despojado a las relaciones amorosas de parte
de su patrimonio sentimental: nadie puede vertir lágrimas de amor sobre
un e-mail.
El azar que atrapó una carta de amor dirigida al estudiante de
ciencia estadounidense Clark C.Moore, expedida en 1958, y que va recién
hoy al encuentro de su destinatario, parece confirmar la idea de que el
amor, directo e instantáneo, no ha salido favorecido en la era digital.
La carta emergió en la sala de correos de una universidad en Pennsylvania,a principios de este mes.
Estaba dirigida a Clark C. Moore, quien cambió su nombre a Muhammad
Siddeeq, lo que hizo más difícil el proceso de enviarle su
correspondencia.
Sin embargo, un amigo vio un reportaje en la televisión y contactó a la oficina de correos.
En las llamadas “vueltas de la vida”, Siddeeq es un profesor jubilado, de 74 años y está divorciado de la escritora de la carta.
“Estremecido”
La carta llegó misteriosamente a California University of Pennsylvania, en el estado de Pennsylvania, en el noreste de Estados Unidos, hace diez días.
La carta llegó misteriosamente a California University of Pennsylvania, en el estado de Pennsylvania, en el noreste de Estados Unidos, hace diez días.
Dirigida a Moore, la carta de dos páginas tiene la fecha 20 de
febrero de 1958 en el matasellos y está firmada “te amaré siempre,
Vonnie.”
Siddeeq vive ahora en la ciudad de Indianápolis y dice que se sintió “estremecido” cuando lo contactó la universidad.
“Tenemos un sistema aquí, en Estados Unidos, que funciona de esta
manera: algo es para usted y, si lo encuentran, se lo hacen llegar. Es
hermoso”, le dijo al canal de televisión estadounidense WTAE.
Siddeeq y Vonnie eventualmente contrajeron matrimonio y tuvieron cuatro hijos.
Amores de antaño
“Los romances eran diferentes entonces. Sin computadores, la escritura de cartas era la única manera de permanecer en contacto y sigue siendo más romántico que los e-mails”, dijo Siddeeq.
“Los romances eran diferentes entonces. Sin computadores, la escritura de cartas era la única manera de permanecer en contacto y sigue siendo más romántico que los e-mails”, dijo Siddeeq.
El especialista en informática de BBC Mundo, David Cuen, concuerda con Siddeeq:
“El mayor uso del correo electrónico ha dejado el escribir una carta en el baúl de los recuerdos.
“El correo electrónico se ha convertido en una forma rápida y
eficiente de comunicación, pero a cambio se ha perdido la
personalización y la intimidad que antes se reflejaban en los mensajes
postales.
“Los mensajes electrónicos llegaron para quedarse y su cambio
cultural dejó de lado la necesidad de escribir cartas en papel,
perdiendo así una forma de expresión literaria que era muy
personal,”afirma Cuen. Y concluye con el siguiente dato
“Tan sólo en el Reino Unido diariamente se envian 68 millones de
cartas y paquetes por correo postal, en comparación con siete mil
millones de correos electrónicos”.
El destinatario de la diferida misiva, Muhammad Siddeeq, reconoce una
mezcla de emociones respecto a la carta ahora que él y Vonnie están
divorciados.
Pero insistió ante el periódico Washington’s Observer-Reporter que
tenía muchas ganas en leerla como “un testamento de sinceridad, interés e
inocencia de esa época”.
Funcionarios de la universidad dicen que la carta va camino a las manos de Siddeeq, junto a una camiseta de la casa de estudios.
La portavoz de la universidad, Christine Kindl, le dijo a la agencia
de noticias Reuters que Siddeeq había sido muy perentorio: “Si no llega
dentro de los próximos 53 años, voy a plantear una queja”.