No solamente se estrenaba una zarzuela nacional con escenas de la vida de las sabanas venezolanas a las riberas del Arauca, sino que también la obra estaba avalada por dos personas conocidas en la capital.
El joropo Alma Llanera es fruto perdurable de la zarzuela que sacudió a Venezuela el 19 de septiembre de 1914, desde el mismo momento de su estreno en el famoso Teatro Caracas, coliseo fundado en 1854.
No solamente se estrenaba una zarzuela nacional con escenas de la vida de las sabanas venezolanas a las riberas del Arauca, sino que también la obra estaba avalada por dos personas conocidas en la capital: Rafael Bolívar Coronado, autor de la letra y periodista de indiscutibles méritos; y el maestro Pedro Elías Gutiérrez, compositor de prestigio con una brillante batuta, tan famosa en los conciertos y retretas como en los actos protocolares al frente de la Banda Marcial en la Plaza Bolívar de Caracas.
El los corrillos se decía: "Seguramente el joropo lo bailará el 'Negro' Mamerto", un personaje refistolero, más alegre que un cascabel. Hombre de chanza y andanzas con su chispa criolla de pies, ojos y lengua. ¡Ah, Mamerto!".
Un diario de circulación nacional de la época publicó la reseña de la inauguración: "En primer término nos sorprendió el maestro Gutiérrez con un delicioso joropo que entusiasmó a la concurrencia. Una música nacional sacada de los aires del pueblo, con toda la vibrante emoción que se contagia a los nervios. ¡Bravo, maestro Gutiérrez!".
La interpretación de Alma Llanera estuvo a cargo de la compañía española de Matilde Rueda, cuyo nombre resaltaba en las marquesinas del Teatro Caracas y con mucho prestigio en el país.
Bolívar Coronado editó la obra en la Tipografía Americana y escribió la célebre dedicatoria: "A Matilde Rueda, que de tan humilde opúsculo ha hecho una llamarada de exaltación y ensueño".
Los primeros actores nacionales Jesús Izquierdo y el famoso Rafael Guinand destacaron en el reparto del estreno que la calidad del joropo haría histórico. Personajes que con el criollismo de la obra no tendrían problemas, estarían en su elemento cabal.
Leoncio Martínez (Fantoches) y Francisco Pimentel "Job Pim" aplaudieron la obra. El humorista se quitó el sombrero ante el estreno y el joropo. Reseña firmada por K. Túa en un diario nacional, con elogios para los actores.
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